jueves, 15 de enero de 2009
Números rojos
Ese es el secreto del hedonismo, del delicioso ver pasar los días de tu vida pendulando del placer a la felicidad: Los números rojos. No ahorrar nada. Llegar a fin de mes debiéndole algo al banco. Habiéndotelo pulido todo. Hay una verdad absoluta con el dinero: sólo, sólo sirve para gastárselo. Para nada más.
Esta, es una de las venganzas más sutiles que puede haber contra el sistema bancario. No dejarles disfrutar la liquidez, que sepan que, nómina que les entra, nómina que vuela el día 25 (un poco antes de los 30 para poder endosarles un –XXX € el día del cobro). Porque, por supuesto, jamás, jamás, hay que comprar nada a plazos, sino al contado. Y si me apuras, en metálico. Se trata de reducir el papel de los bancos a la mínima expresión, que lo tienen más que merecido después de cómo han demostrado que saben administrar nuestros dineros.
Que conste que no estoy hablando sólo para los que no tenemos hipotecas, no debemos un coche y 4 ó 5 electrodomésticos, que no tenemos hijos... Va para todos, porque los que tienen todo eso, deberían ir viendo la manera de deshacerse de ello y probar a ser felices por lo menos en esta vida. No se puede cometer el error de acaparar para los hijos si se tienen; hace falta ser proteccionista, conservador y paralítico mental para pensar que lo que tú has conseguido por tus propios medios tienen que disfrutarlo otros y que ellos lo van a necesitar porque no saben salir adelante solos. Qué lamentable falta de confianza en las posibilidades de tus hijos. ¡Vergonzoso!
El resumen es que no hay que tener nada a futuro, hay que exprimir el presente y no guardarte nada. Que cuando llegues a fin de mes y veas que te queda algo en la cuenta, pienses: “Algo he hecho mal este mes, ¿qué me he perdido, adónde he dejado de ir, de qué me he privado...?” y sobre todo, ¡que aprendas para el próximo mes!
Porque hay que contar con que, todo lo que sea dejarse pasta, casi siempre implica una socialización bastante intensa, con todo lo que conlleva de relaciones, mayor conocimiento y muchas más oportunidades vitales que simplemente dedicarse a ahorrar: Es mucho más rentable.
Y por si fuera poco, al hacer eso serás uno de los pocos que, con todo desinterés, van a contribuir más activamente a la salida de la crisis: consumismo es igual a productos en movimiento, fábricas produciendo, gente trabajando y riqueza para todos. O sea que te das la gran vida y encima estás siendo ciudadano modelo, vamos, lo que viene siendo un auténtico filántropo, todo un mecenas. Esta es una de esas ocasiones en las que el provecho personal es el camino hacia el bien común.
Mira por donde, el secreto de una vida deliciosa y solidaria al final se va a mover entre el capitalismo y el liberalismo puros y duros.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario