jueves, 14 de agosto de 2008

El peor edificio de España




Salvo que alguien encuentre algo peor, declaro formalmente la ampliación del Museo Reina Sofía como el edificio más infame del país. En realidad, opino que puede ser el mayor timo de la historia de la arquitectura en España.
Adjunto tres imágenes. En la primera, puede verse sólo una parte del inmenso desperdicio de espacio del que alardea el edificio, que no sé si es más caro por el espacio que desaprovecha o por el que aprovecha. Además, el espacio que no construye no se puede utilizar desde la calle (como sí pasa en la cercana sede de la Fundación La Caixa). El gabacho padre de la criatura, pretendía una plaza pública en la zona acristalada bajo el techo raro... Pero entonces, ¿para qué el techo? ¿Porqué elevada si la vista de ese resquicio de Madrid desde allí no vale nada?
También en esa primera foto se ven la especie de persianas rojas exteriores que tapizan todo el frontal. Todo en estética muy “puerta de hangar” pero a lo bestia: las “persianas” son de un tamaño bestial, automatizas, metálicas... y rojas. Y este es el problema: que son exteriores y rojas y ¡son repisas siempre llenas de polvo! O sea que suelen verse de un rojo grisáceo. Y tener un tío limpiándolas todo el día no es la solución, lo correcto sería que el snob del arquitecto pensase más de medio segundo en el mantenimiento estético y económico de sus caprichos de hojalata.
En la segunda foto, se ve la escalera exterior-interior (por dentro de los cristales tiene el mismo trazado) del edificio. Bueno, pues queriendo hacer un homenaje a la del Centro Pompidou de París, el tío se ha marcado la escalera más larga del planeta para subir 6 pisos. Tardas un mínimo de 10 minutos en subirla porque además de los larguísimos descansillos que se ven desde fuera, el descanso en cada piso es ¡todo el largo del edificio! Ejemplo de trayecto para subir del bajo al segundo piso: Coges la escalera y andas unos metros de descansillo, subes unos 10 escalones, nuevo descansillo, otros cuantos escalones, un descansillo de otros cuantos metros y llegas al primer piso, entonces, te andas tooodo el largo de la primera planta para agarrar el segundo tramo de escalera. Y así sucesivamente. O sea que el homenaje a la escalera del Pompidou (una solución relativamente práctica por lo menos) es la escalera peor diseñada del planeta. Buen arquitecto, sí señor.
Y vamos con la última foto, que habla de lo que podría ser un auténtico delito: Homicidio imprudente en grado de tentativa. Es un saliente del museo, una pared de cristal que no tapa nada, no cubre nada, que no sirve absolutamente para nada, que se adentra en la acera (la estrecha una burrada, por cierto) y que interactúa con el pacífico viandante ofreciéndole dos afiladísimas esquinas de vigas metálicas a la altura del pecho, cuello o cabeza (según la altura del pobre ciudadano). Bueno, pues para que no pase nada, alguien (no sé si ayuntamiento, ministerio o el propio museo) ha tenido que poner ¡una barandilla de protección para que el edificio no nos mate! Es el colmo.
Si pudiese, yo denunciaba al arquitecto Jean Nouvel, a ver si algún juez con algo de sentido común condena al muy pillo por delitos varios contra la arquitectura, contra la estética, contra Madrid, contra la humanidad (la que pasa por esa acera, tampoco nos pasemos) y contra todos los españoles que hemos pagado a impuesto limpio esa caja de galletas que nos ha dejado en el centro de la capital.