martes, 26 de febrero de 2008

El ciclo de los tontos 3: ¿Son conscientes de sí mismos?


Creo que sí, joder, no es posible que sean tan tontos (paradoja). Desde pequeñitos está todo el mundo llamándoselo día sí y día también, y lo ven cada vez que se miran al espejo. Lo que puede que ignoren es que dejar de ser tontos no es algo que les vaya a suceder en esta vida, lamentablemente, por mucho que se esfuercen, morirán con la misma inteligencia con la que nacieron.
Pueden “maquillarlo” a lo largo de los años, con las experiencias, con las maneras, con los estudios incluso... pero su capacidad de raciocinio no variará un ápice. Son capaces de acumular conocimiento, pero negados para gestionarlo, que es lo que nos diferencia a los seres humanos de las enciclopedias (de hecho, las promociones -de Derecho por ejemplo- de todas las facultades de España dan todos los años ricas cosechas de tontitos con licenciatura). En realidad, ese barniz de normalidad que van adquiriendo lo único que hace es engañarles a ellos mismos, alejarles de su roma realidad y hacerles creer que van siendo más listos: o sea que siguen igual, pero ganan en prepotencia (su gran escudo).
Esto es así hasta el punto de que prepotencia e inteligencia son, de hecho, totalmente incompatibles.
Con esto llegaríamos a la conclusión de que formar a los tontos es hasta contraproducente: No hay resultados prácticos y se crían monstruos.
Total, que aunque no sean conscientes de lo tontos que son en este preciso momento, al menos sí lo fueron en su día. Es por ello que su autoestima, aún en los casos más graves de prepotencia, es extremadamente frágil.
Así, la manipulación de un tonto poderoso no es tan complicada cuando somos capaces de dejar los escrúpulos a un lado y hacerle ver con toda crudeza que, al igual que él, nosotros también lo sabemos, lo tenemos bien clarito y lo podemos decir bien alto: “No eres más que el tontito de la clase, pero menos joven”.
Si ellos lo saben, y nosotros lo sabemos ¿qué esperamos para actuar unos y otros en consecuencia?

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