miércoles, 15 de julio de 2009
La enfermedad como atractivo...
Una persona con salud frágil es un ejemplar humano defectuoso que la naturaleza habría condenado a la desaparición para que sus genes no enturbiasen la evolución. Todos lo sabemos, es incontestable, pero la gente alardea de su mala salud, sus achaques, sus defectos y demás, con toda desvergüenza ante quien sea.
Resulta que estar enfermo es motivo de conversación completamente desinhibida, pública, participativa... y tener dolencias crónicas es algo interesante y apasionante en cualquier conversación; el número de pastillas que se ingieren, lo terrible que le ha dicho el doctor, lo muchísimo que se sufre todos los días...
Ir a revisiones médicas periódicas sin tener aparentemente nada es algo habitual y socialmente reconocido (prudencia, dicen), cuando en lugar de ello debería ser reprobable por despilfarro, por falta de confianza en uno mismo y por debilidad general tanto mental como física.
Pero es que hemos convertido en normalidad, e incluso en reconocimiento social, algo que debería ser digno de oprobio y que, en buena lógica, debería esconderse. Los signos de enfermedad o de debilidad no deberían ser alentados y jaleados, y jamás normalizados, sino silenciados, ocultados y ser motivo de vergüenza y humillación como ser vivo. Ir al médico debería hacerse casi con nocturnidad y en secreto por miedo al “dirán que mis genes son una mierda”. Pero no, hacen lo contrario y lo gritan a los cuatro vientos.
Si todo fuese como debería ser, y como de hecho es en todo el reino animal, nuestra vida diaria cambiaría; no habría sobremedicación, no habría hipocondrías, no se despilfarrarían millones de millones al día en pruebas médicas innecesarias, no habría ni un tercio de las bajas laborales que hay, la atención médica sería seria, eficiente, pulcra y rápida... y sobre todo, honrada.
Pero no son más que sueños porque, definitivamente, esta especie quiere involucionar y extinguirse como sea.
Ya, es que ni pena me da.
PD: A lo mejor, con unos cuantos médicos de cabecera como este, humillando a la gente y a salvo de demandas, la cosa iba cambiando...
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3 comentarios:
A lo mejor con unos cuantos blogeros gilipollas menos en la red también nos iba mejor.
Mira tú, que hasta te voy a dar la razón...
Hola, acía mucho tiempo que no "hablaba" contigo. Aller leí halgo de este blog, me parece una forma diferente de ber la vida, si es que la vés así, como pones en la cavecera. Respetavle. Pero kreo, opinión, que lo realmente intelijente está en la mitad, sabes por qué, porque desde ahí puedes yegar a los dos extremos.
Que ilógico es el lenguaje... Se entiende igual, verdad? solo fonética y significados. ;)
Un saludo. Alberto Guede
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