lunes, 11 de mayo de 2009
¡Al ras con la Amazonia!
Que sí, que ya tardan. ¿Qué esperan Brasil, Ecuador, Perú, Bolivia y Colombia para talarla de arriba a abajo y vender los restos al mejor postor?
Estamos en una crisis mundial, los recursos naturales y las mejores materias primas están en países del tercer mundo, castigados por una pobreza brutal, por el hambre, las epidemias y un subdesarrollo económico e industrial sin alternativas claras de evolución.
Y en estas que llegan los países desarrollados, que tienen sus economías fuertemente cimentadas en dos revoluciones industriales cuya consecuencia fue la pérdida de toda su riqueza natural y la explotación de todos sus recursos naturales, que además atenazan a esos países subdesarrollados con deudas y relaciones comerciales en las que ellos marcan las reglas... van todos estos y les explican a los pobrecitos:
“Mirad, ahora vosotros no podéis cargaros vuestras riquezas naturales. No, no, no podéis cimentar vuestra salida del subdesarrollo como lo hicimos nosotros, que fuimos unos animales y explotamos todos nuestros recursos sin pensar. Mirad, lo mejor es que aceptéis lo que sois, que os limitéis a mirar y conservar esa inmensa riqueza que no podéis tocar porque es la que compensa nuestros destrozos anteriores y que intentéis crecer aplicando las carísimas nuevas tecnologías que nosotros os vamos a vender durante décadas. Ya, ya sabemos que vuestra gente seguirá en la más absoluta pobreza y que vuestra economía seguirá dependiendo de la nuestra y endeudada con nuestras multinacionales, pero en cambio, tendréis unos parajes naturales impresionantes que nosotros iremos a visitar en vacaciones para acordarnos de los que quemamos en su día haciendo ferrocarriles. Y por cierto, vais a dejar que nuestras empresas investiguen vuestros ecosistemas para encontrar miles de patentes en vuestro suelo, con copyright nuestro, claro.
¿A que mola?
Es que es algo superchulo; se llama Sos-te-ni-bi-li-dad.
Venga, pues vamos a Kioto y lo firmamos todo ¿vale?”
En realidad todo esto me llama la atención sobre todo por el presidente Lula, de Brasil, que digo yo que a lo mejor no puede hacer nada de lo que se me ocurre, pero...
- ¿Por qué no empieza a cepillarse la Amazonia pasito a pasito y a vendérnosla a precio de oro a occidente?
- ¿Por qué no prohíbe la investigación a los laboratorios extranjeros, o les cobra unos 100.000 € por día? Y se queda luego con el 50% de las patentes, claro.
- ¿Por qué no subasta hectáreas de Amazonia? Dado que todo el mundo se beneficia de mantenerla, que todo el mundo la pague. Pongamos que por cada hectárea no talada le cobra a los países desarrollados unos 500.000 € al año.
- ¿Por qué no dice, en el colmo del ecologismo, que notificará cada hectárea de caoba que talará para que los países ricos como Francia o España (por ejemplo) puedan compensarla plantando 10 hectáreas de bosques en territorio europeo?
Son sólo ejemplos y sé que una política así algún pusilánime podría calificarla de un poco agresiva, pero con ella se vería si de verdad a los firmantes de Kioto les importa un carajo lo que dicen defender.
Y sobre todo: es de justicia que dado que es lo único en lo que esos países tienen la sartén por el mango, nos frían en ella todo lo que puedan ahora que somos gilipollas y nos preocupan esas chorradas del clima y los gases.
Que la tontería no nos va a durar toda la vida... espero.
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1 comentario:
no sé si recuerdas esto:
http://www.enbuenasmanos.com/articulos/muestra.asp?art=1404
toda la puta razón :)
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