miércoles, 29 de abril de 2009

El instinto maternal, esa otra gran mentira


De las mujeres, claro. Reconozco que esta conclusión puede parecer exagerada, pero no lo es en absoluto.

Hay que aceptar que las mujeres tienen, efectivamente, un cierto instinto de proteger y cuidar al desvalido (o al que ellas creen desvalido, claro, que no es ni mucho menos lo mismo), y es cierto que en la mayoría de las ocasiones lo más aparentemente desvalido que son capaces de encontrar son las crías humanas, pero en realidad les vale lo que sea.

Es decir, que debería llamarse instinto de protección o algo así, y no instinto maternal. Y esto lo voy a ilustrar con un ejemplo real que el que quiera puede repetir cuando le venga en gana a modo de experimento, porque el resultado será siempre el mismo y os vais a convencer.

Hace alguna semana más semana menos, en una fiesta-barbacoa organizada en casa de un amigo mío, había unas 10 chicas más o menos en edad de tener desatado el instinto maternal ese. De hecho, había alguna madre y alguna otra en camino de ello. Una de las mamás trajo a su hijo de pocos meses, y como no, todas las demás rodearon al niño, lo agobiaron con estupideces y tonterías (que seguro retrasarán su correcto desarrollo mental un año o dos) y se lo pasaron unas a otras durante un rato. Vamos, que lo normal: montaron un escaparate de proyección maternal de primera.
Todo ese circo se mantuvo en su apogeo durante una media hora, siendo generosos. Luego todo volvió a la normalidad de una barbacoa en la que el bebé pasó a ocupar el lugar que le correspondía: el de un mueble con el que no se puede interactuar.

Bien, pues al cabo de unas 3 horas, cuando sólo la propia madre mantenía la vigilancia por su niño (y en su cara se intuía más deber que placer, creedme), aparece un amigo que llegaba tarde con su perro nuevo, un cachorro bien bonito y vivaracho que provocó entre las féminas asistentes un nuevo revuelo hormonal que dejó en gracieta el despertado por el cachorro humano.
La totalidad (estoy diciendo la totalidad, no la mayoría) de las mujeres asaltaron al chucho con una solicitud y unas muestras de cariño y ternura que ya hubieran soñado alguna vez los hijos de cualquier mujer de la historia (y sus novios y maridos, por qué no decirlo). Se lo pueden imaginar ¿no? Un desparrame de caricias, grititos, emociones en cascada... en un frenesí que no dejó de manifestarse durante sus buenas 3 horas casi ininterrumpidamente.

Mientras, el niño yacía olvidado por todas en una esquina, acabada ya su media horita de gloria en favor de una cría de perra que no deseaba más que escapar de las garras perfumadas del sadismo afectuoso de las hembras humanas. Resultado: 6-1 a favor de la cría canina.

Total, que sí, que si los bebés tal y que si los niños cual, pero ante un perrito guapo no hay niño que sea protagonista.
Féminas hipócritas...

3 comentarios:

Winnie dijo...

Pues ES TERRIBLE, pero te tengo que dar la razón porque es que yo "les hablo casi igual a los perros (ni te cuento si es un cachorro) que a los niños...¡qué cosas! Besos

traviesus maximus dijo...

gladius, tu a eso lo llamas intento de instinto maternal, yo lo llamo de otra forma...es un instinto de aprecio a cualquier persona que no les contradiga...a ver un niño hasta que tenga dos o 3 años no le va a decir a su madre ¿por qué no te callas? y un perro pues...que yo sepa no lo harán nunca. y yo creo que es eso lo que ellas valoran...que les den la razón. dentro de ese mismo grupo están los llamados calzonazos (ver post anteriores)...en fin creo que en tu próxima barbacoa, EL NIÑO vas a a ser tú, aunque despídete de caricias u otros signos de afecto similares...ANIMO GLADIUS te acabas de meter en el circo romano y LLENO DE LEONAS...los que van a verte morir te saludan

Zomas Osborn dijo...

Razón no te falta traviesus... Pero creo que el misterio sigue siendo la atracción fémina por todo aquel que la maltrata... Los niños lloran, los perritos muerden, los malotes pasan de ellas... Gladius sigue por ahí, a lo mejor damos con algo...