“Mi oficina parece
Los Mundos de Yupi”, me dice un colega. Nada que objetar a la frase en
cuestión. Sobre todo al verbo: PARECE.
Porque nada, nunca,
es de verdad Los Mundos de Yupi. Nada. Y cuando las cosas parecen de color de
rosa, suele ser porque hay una especie de miedo generalizado a hacer nada que
oscurezca ese rosáceo ambiente. Suele ser porque se padece una especie de
“dictablanda”.
Por eso, nadie puede
enfadarse aunque haya motivos. Por eso está mal visto que se digan las
verdades. Por eso es disonante expresar opiniones divergentes. Por eso se evita
ir contra la manada, salirse del redil, quitarse las orejeras...
Y por eso mi colega
me cuenta, por ejemplo, que puede llegar cualquiera y quitar el único puente
del año a toda la empresa, ¡no comunicarlo siquiera! ¡¡¡Y QUE NADIE SE ATREVA
NI A PREGUNTAR POR ÉL!!!
Así que, la próxima
vez que quieras envidiar a alguien que trabaja en una empresa donde todo parece
maravilloso, piénsatelo dos veces. Porque jugadas como esa puede haber
muchísimas... y sin que se note.
PD: Y escribo esto
asumiendo que hay crisis, que con tener trabajo ya es bastante, que tanto
puente y el país como va y que blablabla... Me traen sin cuidado las circunstancias porque lo que cuento es atemporal.
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