jueves, 2 de octubre de 2008

Contra-patrocinios...


La publicidad tiene una revolución pendiente, y son los consumidores los que tienen que iniciarla. Aunque sea por divertirse, porque puede tener efectos espectaculares en los anuncios y se abrirían campos y caminos mucho más interesantes y atractivos.
Se trata de reaccionar en ambos sentidos ante un patrocinio, no sólo positivamente (como sucede ahora). Me explico: Si, por ejemplo, el Banco Santander patrocina a Hamilton y Hamilton me cae mal, me largo del Banco Santander.
Más ejemplos: Si soy antibarcelonista y el Barça lleva UNICEF en las camisetas, entonces apoyaré a cualquier organización humanitaria menos a UNICEF.
Si odio que corten las películas en la tele, jamás compraré nada que se anuncie en el medio de una película. Igual con el fúbol o la F1.
De esa manera, las marcas escogerían mucho más a quienes patrocinan, habría guerra de verdad entre las marcas cuando la hubiera entre patrocinados, las posicionaría mucho más (tendrían que mojarse) y no podrían patrocinar enemigos mortales (sería un chaqueteo inaceptable).
Así marcas como Adidas, por ejemplo, tendrían que apostar a una sola carta a la hora de vestir selecciones o equipos en la liga...
Y, no hace falta ni decirlo, la sociedad en general se beneficiaría de una publicidad más inteligente y estratégicamente pensada, de una mayor responsabilidad por parte de las marcas y de tener la última palabra gracias a actitudes que premian o castigan en el mercado.
Como todo lo que se me ocurre, nunca pasará ¿no?

1 comentario:

Juan Rodríguez Hoppichler dijo...

pues no...y ya puestos lo mejor sería que no hubiera publicidad en ninguna forma.