miércoles, 19 de agosto de 2009

No pierdas el tiempo leyendo


Un día de mis lejanos 16 años leí una frase de Rouseau que es toda una lección de vida:
“Mientras no haya leído todos los clásicos, no encuentro razón alguna para leer libros modernos.”
Y es que leer, al contrario que el saber, sí ocupa lugar y sobre todo mucho tiempo. Personalmente, aunque el lugar no me preocupa demasiado, el tiempo sí lo tengo muy limitado y no me puedo arriesgar a leer algo que no sea bueno de verdad y perder las horas leyendo bodrios. Así, buscando un baremo para saber qué lecturas aportan de verdad, el que me pareció más fiable fue que hubiesen acumulando ya muchos años de alcance universal en diversas generaciones y culturas.

Por lo tanto, decidí no leer ningún libro que no cumpla estas tres condiciones conjuntamente:
- Autor muerto.
- Más de 50 años desde la publicación del libro.
- Que el libro esté editado en castellano.


No obstante, visto lo rápido que se engrosa la lista año a año, acabo de ampliar la segunda condición a un siglo entero, y así me he librado de unos cuantos autores prescindibles que ya crían malvas y de sus libracos estúpidamente encumbrados a la categoría de hitos contemporáneos por la industria editorial.

Además (aunque esta segunda regla la sigo con menor fanatismo), decidí rechazar de plano los géneros que no me interesan, conmueven o entretienen (poesía, cuentos y ensayo), y leer sólo novela y teatro. La poesía no consigue atraparme lo suficiente salvo en contadísimas ocasiones, y respecto al ensayo... no quiero que nadie me explique un mundo que puedo entender solito sin que me lo orienten y los cuentos me parecen un chiste como género.

Todo esto lo mantengo hasta el punto de rechazar airadamente las recomendaciones o los libros regalados que no cumplen mis requisitos.

Eso sí, los libros de periodismo de investigación y los recopilatorios de columnas de opinión no entran en todo esto por la sencilla razón de que no son literatura.
Y como en todo, también tengo alguna excepción/debilidad (novelista vivo) que me sirve para restarle rigidez al sistema.

Lo comparto porque creo que todo el mundo ganaría mucho haciendo algo parecido, y no perdería nada porque hay más clásicos de los que se pueden leer en 100 vidas.

3 comentarios:

stalkym dijo...

nunca se pierde el tiempo leyendo, si algo no te gusta lo dejas pero de todo se aprende algo aunqe sea una palabra estúpida nueva o la mirada de otra persona. puedes ser muy selectivo pero por ser tan radical te pierdes muchas cosas q merecen la pena. a radicalidad es divertida pero la puerta de atrás de esa radicalidad es más divertida.

Gladius dijo...

De hacerte caso, mientras aprendiese esas palabras estúpidas nuevas o las miradas irrelevantes de otras personas, me estaría perdiendo más cosas: libros que de verdad, sí o sí, valen la pena mi tiempo.

Anónimo dijo...

Las 24h del día de las cuales se aprovechan 17h, o se pueden llegar a aprovechar...
*Aprender a aprender es difícil.
*Aprender de uno mismo es de gilipollas.
*Aprender de los demás a como "no ser", es sabiduría
*Aprender de los demás a como ser, es no tener personalidad.