miércoles, 30 de abril de 2008

Los colores del fútbol


No sé en virtud de qué demonios se diseñan las segundas equipaciones de los equipos de fútbol (las primeras, por historia y tradición ya no hay quien las arregle), pero desde luego entre los criterios no está que ayuden al equipo a jugar.
En el partido de Champions contra el Manchester, el Barça perdió por muchas otras cosas, pero su equipación verde-azulada ¡parecía de camuflaje en el campo!
El fútbol es un deporte rápido, que muchas veces se juega más por intuición que por reflexión. Y si tu equipo tiene un color que destaca sobre el campo y el fondo de las gradas, siempre tienes la referencia de por dónde andan tus compañeros aunque estés concentrado en la pelota: sin mirarlos, los estás viendo. Cualquiera que haya jugado un par de partidos lo sabe: vestir de un color llamativo es una ventaja. Siempre.
Lo que ya dudo bastante es que los diseñadores de la ropa deportiva lo sepan, o que hayan jugado a algo alguna vez en su vida. Y los que está claro que no tienen ni idea del asunto son los presidentes que aceptan esos diseños y colores, ¿jugaban a algo de pequeños en el recreo? Claramente no.
Una muestra de todo esto fue el balón que presentó Nike hace unas temporadas para jugar los partidos del calendario de invierno en la liga: Amarillo. Vamos a ver, las únicas razones meteorológicas para cambiar un balón de color son la niebla y la nieve, y siempre se ha cogido el color que más destaca: un rojo abutanado casi fosforito. De repente Nike (marca advenediza en esto del fútbol, por cierto) nos coloca el amarillo con la línea azul y los dirigentes de la liga se tragan la rueda de molino enterita, sin mascar. Al único que vi decir algo en contra de aquel balón fue al portero Molina, que explicó que sobre el verde del campo, el amarillo y azul (primarios del verde además) no destacan mucho, y que en condiciones de poca luz como en invierno, lo que más se ve sobre el verde sigue siendo el blanco, porque sino las líneas del campo se pintarían de amarillo. Más clarito, agua ¿no?
La misma cagada la había hecho algún año antes Adidas con el balón gris de la Eurocopa de Portugal, el feísimo Roteiro. Contra ese sí que hubo más protestas, pero claro, de los medios deportivos internacionales, porque los españoles...
Contra el balón amarillo de Nike apenas se dijo nada, los periodistas deportivos en España (en este país, mera prensa rosa) apenas se hicieron eco de las declaraciones de Molina siquiera. Estarían ocupados en lo de siempre: comentando el último peinado de Beckham o el próximo modelo de botas de Ronaldinho.
A lo que iba, que no debería ser tan complicado hacer una camiseta de fútbol en condiciones.

martes, 29 de abril de 2008

Aborto, laico tampoco


Con esto quiero desde la primera línea expresar una postura en absoluto condicionada por la de ninguna confesión religiosa, por la simple razón de que no es necesario recurrir a nada fuera de la realidad puramente física para tener bien claritas unas cuantas cosas respecto al tema.
En primer lugar, ya sé que paren sólo las mujeres y que es fácil hablar del tema desde fuera. Pero son ellas las que se quedan embarazadas, no los hombres y toda la responsabilidad es de ellas. Lo siento, la naturaleza es así de malnacida, así que las estériles reclamaciones al respecto, mejor dirigirlas contra el destino. Les ha tocado y punto.
Bien, la cuestión es tan simple que sorprende: Se trata de saber si un embrión es algo distinto a la madre o no, de si está vivo o no y de si esa hipotética vida es humana o no. Así de sencillo. Con las tres respuestas claras, es más fácil ahondar luego en el tema:
1 - Los seres vivos del Planeta Tierra se reconocen individualmente por su código genético, que es único entre todos los organismos y en toda la historia. Todas las células que componen un mismo ser vivo, tienen el mismo código genético. Por ello, absolutamente todas las células de una mujer tienen el código genético en común (sean de la piel, de un riñón o de cualquier órgano del cuerpo). En una mujer embarazada, el embrión es lo único que hay en su cuerpo con un código genético distinto. Luego, de calle, eso es claramente otra cosa, y no ella misma. O sea que sí que es algo distinto a la madre.
2 - Y eso, que es distinto que la madre, se alimenta, crece, se desarrolla y es independiente del cuerpo en el que está, del que sólo depende para su sustento: Llamémosle parásito si queremos (en esencia actúa prácticamente igual que una tenia, por ejemplo), pero que está claro que está vivito y coleando es muy poco discutible. Van dos síes.
3 - Y la tercera pregunta es como de sexto de EGB: del resultado de la fecundación de un óvulo humano por semen humano ¿qué sale? Exacto: un humano. Y esta atrevida deducción la voy a reforzar por reveladoras experiencias: En todos los casos de la historia médica documentados, siempre que ha crecido un embrión humano, ha terminado formando a un niño humano. Jamás una rana, ni un carnero, ni un geranio: siempre se ha tratado de un ser humano. O sea que, nuevamente, la respuesta es sí: es humano.
Conclusión: Si un embrión constituye por sí mismo un ser humano vivo (en el estadio que sea, eso son discusiones secundarias) al abortar se está acabando con la vida de una persona.
El gran problema de coherencia que se plantea, es que estas tres respuestas son tres síes categóricos desde el mismo momento en que un óvulo es embrión, o sea que no queda margen para las medias tintas: resulta que cualquier tipo de aborto, es un aborto. Tenga la edad que tenga el embrión, tenga el aspecto que tenga, la causa de la fecundación sea una, otra o la de más allá (pasión, violación, descuido, rutina...), o sea cual sea el motivo para abortar (daño psicológico, feto con síndrome de Down, salvar la vida de la madre...). Vamos, que siempre viene siendo matar, sí o sí.
A partir de ahí, pero teniendo bien claro que el precio de las soluciones que pasan por un aborto es una vida humana, se puede discutir lo que se quiera, e incluso podemos llegar a la conclusión de que matar personas es un precio aceptable según para qué. A Maquiavelo le parecía muy bien, por ejemplo. Y a mí para según qué cuestiones también.
Dado que ellas paren y ellas deciden, habría que garantizar la libertad de elección eliminando el engaño de que un aborto es extirpar un grupillo de células nada más, y ver la verdad en toda su crudeza. Así, puede que para llegar a ese fin, a muchas no les mereciese la pena ese medio.
Al crío, desde luego, no.

lunes, 28 de abril de 2008

Londres: ¿para qué?


Londres se vende como gran capital de imperio ultramarino. Vamos a verlo, porque más bien me parece una mera ciudad de provincias (del continente, porque en Inglaterra las ciudades de provincias no pasan de simples poblachones, y en el país de los ciegos, Londres es la reina, claro).
Yo ya tenía mis sospechas de que nos vendían una moto cuando desde pequeño veía los libros de inglés y lo que enseñaban de esa ciudad eran los polis con casco, las cabinas telefónicas, los buses de dos pisos y los taxis. Que nunca entendí bien el mérito de una ciudad que se dedica a no modernizar determinadas cosas para ganar idiosincrasia, pero en fin.
Bueno, el caso es que también se enaltecían ciertos “monumentos” o hitos urbanísticos como el Big Ben (y las casas del parlamento), el Puente de la Torre de Londres, la propia Torre de Londres (¡qué manera de poner nombres, por favor!), el Palacio de Buckingham, Trafalgar Square, Catedral de San Pablo, Picadilly Circus, Hide Park, Abadía de Westminster... de los que pienso dar buena cuenta ahora mismo.
El Big Ben: esa gran estafa. No es grande, no es alto, no es el pedazo de edificio que nos quieren enseñar. Con las casas del parlamento, forma un pastiche dorado neogótico (muy del gusto hortera de los ingleses, eso sí) que es un timo visual. Todo en él está hecho para que parezca mucho más grande de lo que es. Tiene hileras de ventanas que son grandes balconadas... en miniatura. Tiene 6 pisos abuhardillados con lo que parecen ventanas decentes y a las que a duras penas se pueden asomar las palomas... el edificio del parlamento es apenas de 3 pisos modernos de altura (y aparenta la Catedral de Sevilla por lo menos), con balcones que parecen de palacio y en los que apenas caben 2 personas... Mejor “small ben” ¿no? Por no hablar del mal gusto de los complementos dorados y los colorines que le han puesto por doquier.
La Torre de Londres: aparte de pequeña como fortificación de capital y de mal situada para ello, es una construcción pobre en extremo, cutre y deslavazada (por eso acabó siendo cárcel ¿o quieren hacernos colar que algo que acaba de prisión es algo más que eso?), cuyo mayor mérito es atesorar las joyas robadas y teñidas de sangre de la monarquía de piratas que aún se sostiene en esa isla. Eso sí, te ríes a gusto con el cuerpo de carceleros (porque esos simpáticos payasetes, los Beefeaters, no son más que un cuerpo de carceleros y verdugos). Y sus gorros ¿son complementos militares? Venga ya...
El Palacio de Buckingham. Tela. No es que no de la talla, es que está a la altura del barracón de caballerizas de un palacio en condiciones. Mucho más pequeño que sus referentes europeos, carece de valor alguno que no sea los profusos dorados de sus verjas (sí, en el país de los tuertos...) o las monerías que hace la presunta guardia para que les saquen fotitos los turistas (posturitas que estamos imitando en el Palacio Real de Madrid ahora. Cosas veredes, Sancho).
Trafalgar Square. Esta es mi favorita. Una columna que quiere ser alta pero que no llega a destacar por ello, con una estatua diminuta encima infraproporcionada (sí, me invento los palabros que quiero) para el lugar que ocupa, con 4 leones que acaban siendo los protagonistas de la plaza (nuevamente, en el país de los ciegos...), y con dos fuentes que firmaría encantado Lladró. Presidiéndola está el sosísimo edificio de la National Gallery, que digo yo que si para hacer este envoltorio merecía la pena robar tantos mármoles Egeo adelante o saquear pirámides por Egipto. Por cierto: es un Museo Nacional que exhibe ¡meras reproducciones al lado de obras originales! ¿Os imagináis una burda copia de la Venus del Espejo de Velázquez expuesta en el Prado al lado de Las Meninas originales? Pues es posible, para ese pueblo de piratas todo vale.
Picadilly Circus. No voy a perder dos minutos en esto. No llego a entender como algo así puede ser icónico de una ciudad... A no ser que esa ciudad sea Londres, claro.
Hide Park... ¡un prado! Es un prado, largo, llano, desaprovechado, con poquísimo atractivo... Cuando llegas, te preguntas ¿y esto es todo? Las comparaciones son odiosas, pero me trae sin cuidado: El Retiro de Madrid, Jardines de Villa Borghese de Roma, Central Park en NY... A años luz de ese ejemplo de parque ramplón y soso de Hide Park (que es una llanura y sin embargo su nombre significa ¡Parque Escondido! Esto sí es vender humo, sí señor).
Abadía de Westminster. Es eso: una abadía, una minicatedral terminada en el S. XVIII en pastiche neogótico. O sea, algo más falso que Judas otra vez. No merece ni dos vistazos.
A todo esto, toda la ciudad está tachonada de relojes, verjas, adornitos y demás en los que usan la purpurina dorada y los colorines como si les fuera la vida en ello, en una demostración más de que la alegría que les falta en el cielo la quieren suplir con los brillos horteras que hagan falta por todos los rincones. Pobres.
Pero vamos a poner un contrapunto positivo, que también tiene alguna cosita decente Londres. Por ejemplo el Puente de Londres, que es casi lo único que no defrauda. Es grande, bonito y realmente digno de ver. Una pena los colorines con los que lo han pintado: azul cielo, blanco, dorados... pero supongo que sus pintores también son ingleses, así que no esperéis otra cosa.
La Catedral de San Pablo: una catedral, sí, de buen tamaño, digna de ver, con una grandiosa cúpula y que en conjunto tampoco defrauda, aunque no resulta especialmente bonita ni armónica toda ella.
¡Ah! Y me han dicho que por la ciudad se puede ir bien de compras (yo no pierdo el tiempo así de miserablemente cuando viajo).
El resto de atractivos de Londres se reducen a vaguedades como cosmopolitismo, ambientillo, tendencias, callejeo... humo. El mundo se ha tragado todo eso y a veces se oye de Londres que es la capital mundial de esto y de lo otro, o la punta de lanza de Europa, o la última metrópolis de nosequé... Allá quien se lo quiera creer.
Yo, lo que sí sé es que antes iré 20 veces a Roma que una sola a Londres.

miércoles, 23 de abril de 2008

El coche más bonito del mundo


El Seat León Amarillo. Así, todo con mayúsculas. Cuando hace casi una década asomó por la calle este modelo, lo vi enseguida: vaya pedazo de coche, bonito a rabiar, con una línea preciosa y diferente a todas las de su segmento, unas prestaciones que igualaban a la leyenda de su categoría (el de estúpido nombre, sí, el Golf) y a mejor precio.
Sé que con los años, engreídos acomplejados autoinvestidos como guardianes del gusto, lo han querido convertir en un icono macarra, pero aludir a etiquetas para devaluar un diseño, devalúa sólo al etiquetador. Además, el que pueda llegar a suponer que los macarras y tuneros escogen modelos feos de coches, es que deberían repasar sus propios gustos porque el tiempo los va a poner en su sitio: por ejemplo, ahora se están recuperando diseños sesenteros, setenteros u ochenteros como la quintaesencia de la autenticidad y el buen gusto, y sin embargo muchos de ellos se calificaron de muy macarras en su época (Lancia Delta, Opel Manta, Dodge Challenger, Audi Cuattro...), y ahora resulta que son preciosos. Que sí que lo son. Eso mismo le pasará al Seat León, lo veréis.
Y sobre el color amarillo, esto es una lucha intemporal (“no hay campo sin grillo, ni hortera sin amarillo” dicen) contra las etiquetas populares. Hay mucho que decir en defensa de ese color y más en cuestión de coches. En primer lugar, un color es un color y no puede ser hortera: lo será quien lo usa en todo caso. En segundo lugar, el amarillo es el color que más contrasta con el negro (más aún que el blanco), por lo que pintar un coche de amarillo es un atrevimiento que muy pocos modelos soportan, y la clave está en la línea de diseño: las ventanas, las ranuras de las puertas, los parachoques, las ruedas, los embellecedores... todo resalta extraordinariamente en un coche amarillo. O sea que si un modelo resulta bonito en ese color, es que es realmente bonito en sí, porque no esconde ni disimula una sola línea. Lo fácil es hacer una mierda de carrocería como las de los últimos 15 años de los Golf (sólo el último modelo es algo más bonito) y decir que el color que les va es el negro: o sea, el que más disimula una línea horrenda. En cambio el León es que ¡hasta queda bien con las 5 puertas!
Y nadie puede negar que el amarillo le sienta más que bien al primer Seat León. De hecho, escogieron ese color para publicitar la versión más deportiva, la Cupra. Esto lo han repetido con el nuevo León, que salió en rojo (absolutamente precioso también) y han vuelto a reservar el amarillo para la versión Cupra.
Y mientras, otros modelos pensados para snobs dóciles al qué dirán, buscan entre la paleta de negros, verdes oscuros, granates, azules marino, sosísimos platas... (colores menos visibles y menos seguros, por cierto) para venderse como lo que son: coches del montón.
El Seat León es el único coche de su segmento que tiene los huevos de presentarse al público con el amarillo por bandera. Sin complejos. Porque puede.
Acabará siendo una leyenda (ejemplar o no), seguro: un amigo mío dice que no se conoce a ningún conductor de Seat León Amarillo, porque sólo se les ve la nuca cuando te adelantan por la derecha.
Y se me olvidaba: vaya pedazo de nombre que tiene...

miércoles, 16 de abril de 2008

Del polvo de Barcelona al lodo de Pekín


Las degradantes olimpiadas de 2008 en Pekín, tienen un antecedente simbólico en las de Barcelona 1992 y en la persona del marquesito que las declaró “las mejores de la historia” y que se arrogó todo el mérito de haberlas llevado a la ciudad condal, en un alarde público mundial de enchufismo como pocas veces la historia ha contemplado.

El oscuro marqués, es una maldición para el mundo del deporte y para su pureza, es el que enfangó la bandera del Barón de Coubertin y depravó su ideal hasta hacerlo irreconocible. Y todo ello con total impunidad, cinismo, hipocresía y con el aplauso de las multitudes.

En España, como este elemento nos regaló unas olimpiadas y parece un vejete venerable, todos estamos tan contentos, calladitos y sin preguntarnos demasiadas cosas, no nos vayan a desagradar las respuestas.
El caso es que el marqués (título que le dimos los españoles) es el que dio el banderazo de salida de la profesionalización de los atletas: Cuando la coyuntura histórica le puso ante la fantástica oportunidad de escoger entre una vuelta a la pureza de las competiciones amateur, o rendirse a las presiones económicas y dejarse cazar por la profesionalización, este personajillo (enanito histórico) tiró por el camino fácil, por el del dinero, por el de vender los juegos al mejor postor.

Y los JJOO llegaron a Barcelona (con el Dream Team de la NBA que nunca pasó controles antidoping por bandera), y luego se destaparon los escándalos de compra de votos en el COI cuando Salt Lake City y comenzó la escalada de escándalos de la que todavía no hemos visto la cumbre. Tiempo al tiempo.
Durante la dictadura de facto de Samaranch en el COI pasaron todas esas cosas y se dieron las circunstancias ideales para que la corrupción más asquerosa invadiese todos los estamentos de los juegos olímpicos. Los convirtió en lo que son ahora: un subproducto de las más oscuras corruptelas humanas elevado a nivel internacional, envuelto en una inmoralidad galopante y televisado en directo a todo el planeta.

Por eso ahora el marquesito defiende a China, por eso dice que deporte y política van por caminos distintos (en realidad los que van de la mano son deporte y negocio, claro), por eso dice en el colmo de la desvergüenza que “no se puede castigar al pueblo chino, los Juegos tienen que celebrarse”.

¿Es que un boicot deportivo castiga al pueblo chino? ¿está pirado? ¿es que nos quiere crear mala conciencia precisamente él? ¿es que alguien con su historial se está atreviendo a dar lecciones morales? Ahora los pájaros tiran a las escopetas... Pero además, ¿es que, acaso, los juegos olímpicos no están siendo en sí mismos una maldición para el propio pueblo chino (deportación de indigentes, derribo masivo de barrios populares, intensificación de la represión política, militarización del Tíbet...)?

Pero lo que sí es de verdad una vergüenza, es no encontrar en este país de “prensa libre” un sólo periódico nacional que ponga en su sitio al comercializador de los juegos. Que ningún medio importante airee públicamente la verdadera trayectoria de este tipo al frente del COI... que nadie denuncie al que enterró a Coubertin en el más hediondo de los lodos.

Porque hay un antes y un después de Samaranch en la historia de los juegos que marca el fin de la inocencia olímpica, de la defensa de los valores de Coubertin y del deporte por el deporte.

Ese es el verdadero legado de Samaranch y de su Barcelona´92: vaciar de significado la palabra Olimpiada.


PD: Más información buscando bien internet adelante. Por ejemplo... http://www.rebelion.org/hemeroteca/petras/pericl060600.htm

martes, 15 de abril de 2008

¡Más petróleo en Brasil!


Me encantan noticias como esta: Ha sido descubierto un enorme mar de petróleo en Brasil, la que sería la tercera mayor reserva de petróleo del planeta.
Una grandísima noticia.
Primero porque ayuda a descentralizar el poder energético en el planeta, escurriéndolo un poco más de las pútridas manos de los tiranuelos árabes del Golfo Pérfido (licencia, que no errata).
En segundo lugar, la perspectiva de una enorme crisis provocada por el fin de los combustibles fósiles, permanentemente anunciada y continuamente pospuesta (antes de esta noticia, ese fin estaba situado por los agoreros alrededor del 2.050, a ver ahora), se vuelve a alejar en el tiempo alguna década más.
En tercer lugar, Brasil es un país que me cae especialmente simpático. Y no estoy hablando de los mundiales de fútbol, ni de Copacabana ni del carnaval... incluso intentaré pasar por alto al inigualable Ayrton Senna. Hablo de que es el futuro gran motor de Iberoamérica, el país emergente con mayor proyección de la zona y, lo más importante, con una democracia fuerte y alejada de las veleidades populistas que amenazan con mandar a la deriva de nuevo a medio continente.
Ahora sólo hace falta que de verdad sea capaz de aprovechar esa lotería que le ha tocado para despegar definitivamente y entrar sin prisa pero sin pausa en el club del desarrollo, liderando y asentando a los países de su entorno, con la ayuda de Chile, la otra joya iberoamericana.
En cuarto lugar, espero que el convertirse en el tercer productor mundial de petróleo, les haga desistir de ser los primeros productores de biodiésel del mundo, contribuyendo así a la contención de los precios de los cereales y a conjurar la verdadera crisis a la que sí deberíamos temer: una nueva oleada de hambruna azotando la humanidad.
Esto no es broma: la ONU ha advertido que por causa de la subida de los precios de los cereales (en parte por culpa del dichoso biodiésel), va a necesitar muchísimo más dinero este año para alimentar a los mismos que el año pasado. O sea que a igual dinero, muchos más hambrientos. Es más, ha explicado que “la producción masiva de biodiésel es un crimen de lesa humanidad”. Más clarito, el agua, ¿no?
Y respecto a los que tengan la necesidad de quitar los cereales de la boca de los pobres para ponerles sobre la mesa el inexistente cambio climático... ellos mismos: están comprando sus fantasmas con vidas humanas. Pero claro, ante la oleada de conciencias ecológicas desbocadas que padecemos ¿qué son una panda de negritos hambrientos?
Por mi parte, que viva el petróleo brasileño y el que mejor lo quemaba: Ayrton Senna. Tiempos...

jueves, 10 de abril de 2008

La República Socialista Española


Me adelanto al documental para fantasear yo también un poco antes de que la Mámen “que-asssco-me-da-todo” Mendizábal me estropee con utopías ridículas y efectistas, deducciones mucho más probables, razonables y más estimulantes.
En primer lugar, la II República sólo habría ganado la guerra gracias a la solución de emergencia del final: la ayuda indisimulada y la total tutela de Moscú. Total, que con una URSS victoriosa en la guerra de España, nos encontraríamos con el primer satélite de los soviets en Europa (represaliados, deportados y paseados por la República entre los de su propio bando durante el último año de la guerra, lo prueban). O sea que de la república democrática de la que hablarán en el documental, sospecho que na de na.
Llegando a la II Guerra Mundial en esta situación, aunque Hitler hubiese ocupado Francia no habría invadido nunca España (como dicen los chiquilicuatres de La Sexta) sin invadir a la vez la URSS, porque ¡serían aliadas! (¿dé dónde se saca esa causa-efecto el tal Jaume Grau?). Al terminar la guerra (doy por hecho la victoria de USA, aunque con menos capacidad para frenar la rapacidad de Stalin), es bastante probable que, con una España comunista, con todos los países ocupados por la URSS y con los partisanos italianos, el mapa de Europa de la guerra fría fuese mucho más rojo aún de lo que fue. También sería bastante probable que a lo largo de la guerra fría, cayesen más países dentro del telón de acero (Portugal derrocando a Salazar, Francia en un mayo del 68 mucho más potente y adelantado al 58...) por revoluciones internas favorecidas desde la vecindad de Italia y España.
En España habrían podido suceder dos cosas: o una sucesión de gobiernos soviéticos títeres de Mocú, o la aparición de algún gurú que invadiese de culto a la personalidad el sistema comunista español (tipo Castro, Tito... o quien la guerra y las purgas decidieran).
En esas condiciones no es nada probable que hubiese existido ningún “milagro español” gracias al turismo en los 60, ni ninguna transición a la democracia en los setenta... Las esperanzas democráticas estarían puestas en una hipotética caída del muro en el 89.
Aunque ahora que lo pienso, ante un bloque comunista de más países en Europa, más poderoso de lo que fue, y una OTAN más debilitada, no está claro que las muchas revoluciones comunistas que hubo mundo adelante no fuesen triunfando una tras otra, y que el muro, a día de hoy, aún no hubiese caído. Hasta podríamos estar hablando de un triunfo comunista a nivel mundial y unos Estados Unidos e Inglaterra aislados y soportando un boicot comunista internacional.
Quien sabe. Esta es mi deducción así por encima, pero esto es como el fútbol, supongo que habrá también 40 millones de deducciones distintas.
Lo que sí es triste es que con los medios que tienen en La Sexta para haber hecho un documental en condiciones (acercándose, por ejemplo, a las ucronías de la BBC que, dicen, les han servido de modelos), hayan hilvanado una colección de anécdotas (banderita, himno, Aznar, Zapatero, Eurovisión, Di Stéfano...) para entretenimiento de niñitos desinformados.
Pero así es el periodismo español: una fábrica de titulares vacíos que no resisten el más mínimo contraste.
Hitler sí puede aparecer en La Cibeles (como estuvo ante la Torre Eiffel... ¡qué agudos!), pero Stalin en la Puerta de Alcalá no ¿verdad?
Pues nada, a seguir aguantándolo.

martes, 8 de abril de 2008

Marquesinas de autobús


Ayer llovió en Madrid. Mucho. Tuve que coger un autobús urbano y me guarecí bajo la marquesina de la parada de autobús. Lo de “guarecerme” alcanza el grado de ironía, pues el agua no dejó de caerme encima en ningún momento.
¿Quién fabrica las marquesinas? Porque son una auténtica mierda. En primer lugar, convendría que el equipo de sesudos diseñadores (que me inclino a pensar que son arquitectos, no sé porqué) se respondiese antes de nada a la pregunta básica: ¿Para qué sirve una marquesina de bus?
Pues para dos cosas: Para proteger a gente de la lluvia, y para protegerlos del sol, ya de paso.
Bueno, pues la marquesina en cuestión está diseñada en partes sueltas (techo por un lado, pared del fondo por otro, pared lateral por el de más allá), dejando entre ellas espacios enormes por los que se cuela la lluvia a destajo. Además, el techo no rebasa la pared del fondo, sino que está en línea y elevado, con lo que si hay un poco de viento, la lluvia empapa a la gente por la espalda, y moja la pared del fondo por dentro. Además, el techo no tiene un canal para recoger el agua, con lo que tienes delante una línea de goteras a lo largo de toda la marquesina. Por si fuera poco, cuando juntan varias marquesinas porque la parada es grande, estas no encajan y dejan un buen hueco entre sí, y lo que podría ser un espacio techado tiene intervalos donde llueve libremente. Para rematar, las marquesinas en cuestión tienen un techo muy alto, mucho más que lo necesario, así que ante un día de viento, la lluvia entra en diagonal y aún pegándote al fondo, es probable que te mojes los pies.
Respecto a protegernos del sol... ¡tienen techo y paredes transparentes! No digo más ¿no?
Varias preguntas:
¿Quién es el imbécil que las ha diseñado?
¿Quién ha puesto las normas del concurso público para adjudicarlas?
¿Quién ha designado esas marquesinas como ganadoras del concurso?
¡¡¡¿Cómo es posible que estas marquesinas u otras similares igual de desastrosas estén extendidas por todas las ciudades de España y nadie diga nada?!!!
¿Cuántas comisiones son responsables de que yo me mojara ayer?
Asco de país...

lunes, 7 de abril de 2008

Antievolución I


Resulta que algo tan aceptado como el bien común, se contrapone frontalmente a algo tan reconocido como el concepto mismo de medicina: Sí, el bien individual de los hombres es la condena irremisible de la totalidad de la especie. Esto, que es toda una paradoja, no deja de ser una verdad tan lógica que da miedo.
En la historia del hombre ha habido tres momentos absolutamente nefastos para el progreso evolutivo del ser humano:
1 - El monopolio de las religiones “humanistas” que predican el respeto a la vida de los débiles, al enemigo derrotado, a todos los hombres por igual...
Así, llevamos milenio más, milenio menos, con uno de los principios más importantes que guían la evolución de las especies, totalmente anulado por nosotros mismos: La supervivencia de los más fuertes. Y los derechos humanos no vinieron sino a laicizar el problema, que ya no es exclusivamente religioso.
2 - La aparición de las armas de fuego, que destrozaron la más elemental norma de la lucha entre dos individuos: gana siempre el más fuerte, el más rápido o el más inteligente. Las guerras (o los enfrentamientos particulares entre personas) son ya un desastre de muertes indiscriminadas, antes había una mínima selección por “aptitud” al menos. De hecho, al primer revolver de 6 tiros, el Colt, cuando nació se le llamó “el igualador universal” precisamente porque con él, un mindundi podía acabar con el más fuerte del pueblo. Otra ley de la evolución al garete.
2 - Y por último, el más grave de todos: El desarrollo de la medicina. Me refiero sobre todo al impulso que tomó tras el descubrimiento de la penicilina, porque antes los médicos provocaban muchas más muertes que vidas salvaban. Bueno, el caso es que tras la curación masiva de las enfermedades, la ley evolutiva que dice que viven y se reproducen sólo los más sanos, hace tiempo que está enterrada y bien enterrada.
De hecho, nuestros abuelos fueron los últimos individuos genéticamente superiores a su anterior generación y desde entonces llevamos unas cuantas generaciones empeorando biológicamente. Comprobación: es prácticamente imposible encontrar a alguien menor de 15 años que no tenga entre sus 2 padres, 4 abuelos y 8 bisabuelos, alguno al que la medicina no le haya salvado la vida antes de la edad de reproducción. O sea, que por lógica de especie, ¡casi ninguno de nosotros debería estar vivo! (yo el primero).
Y sin embargo, ahí estamos, transmitiendo genes indiscriminadamente, sin pasarlos por el más mínimo tamiz de selección evolutiva, convirtiéndonos en la única especie sobre el planeta que empeora irremisiblemente hasta que todos vayamos siendo cada vez más enfermizos, imperfectos y comidos por la podredumbre genética. Y mientras, el resto del mundo natural continúa su limpio camino de progreso genético.
Antes teníamos toda una Señora Muerte que hacía bien su oficio, y ahora sin embargo, disfrutamos una muerte tonta segando cabezas indiscriminadamente, sin lógica alguna, humanitariamente, muy poco profesional (casualmente, en la película “¿Conoces a Joe Black?” la que besa y pervierte a la muerte, es ¡una médico! Por cierto, los ojos más bonitos de la historia de la medicina).
Bueno, resumiendo, hay una oda de Horacio (todo está en los clásicos, ¡todo!) que lo expresa perfectamente desde hace ya milenios aunque no supiese nada de evoluciones: “Nuestros padres, peores que nuestros abuelos, nos engendraron a nosotros aún más depravados, y nosotros daremos una progenie todavía más incapaz": Mi generación (baby boom de los setenta) somos los primeros en la historia de la humanidad que podemos leerla en primera persona.
Y mientras, todos tan contentos con los avances médicos ¿no? ¡incautos!

viernes, 4 de abril de 2008

¡BOICOT!


El COI se ha destapado anunciando que China y sus jaleos tibetanos no le conciernen ni tienen nada que ver con su chiringuito. Que eso es política y que lo resuelvan los políticos. Que los atletas tienen derecho a competir libremente y a que en los juegos debe hablarse sólo de deporte y no contaminarlos con política. Además, para rematar la faena, han dicho que no entran en el problema de China con el Tibet, como no entran en el de Madrid 2016 con el País Vasco. Vale, acabáramos.
Vamos por partes porque lo que sí ha quedado claro es que efectivamente no tienen ni zorra idea de política. Pero además, que confunden todo o, más bien, que quieren hacérnoslo confundir a nosotros.
En primer lugar, si la ocupación militar de un territorio es política, vamos a redefinirlo todo a partir de ahora ¿vale? Irak no es más que política, por ejemplo. El III Reich con Polonia es política también. Y una hipotética ocupación de la sede del COI, con la encarcelación y tortura de la mitad de sus dirigentes y el fusilamiento de la otra mitad no sería más que otra manera de hacer política. Todos de acuerdo ¿no?
En segundo lugar, vamos a ver, los Juegos Olímpicos jamás han sido sólo deporte. Para que los atletas compitan en todos los deportes ya existen los campeonatos regionales, nacionales, continentales y mundiales. Los JJOO no hacen maldita falta en un calendario deportivo absolutamente repleto. De hecho, si existen es porque tienen mucho más de otra cosa que de deporte. El deporte es más bien la mejor excusa, la perfecta, para que las naciones compitan pacíficamente entre sí y respetando unos valores que se suponen inmaculados y limpios como el cristal (¿les suena el pobre Coubertain?). Pero no, por lo visto, para la colección de inmorales que dirigen la pantomima, los JJOO son sólo deporte. Lo que yo creo es que es más que deporte a las maduras, y sólo deporte a las duras.
En tercer lugar, y esto es más culpa de Sarkozy y de los demás líderes que se han descolgado con una amenaza de boicot sólo por la situación del Tibet (sólo la ceremonia de inauguración ¡qué valientes!). En realidad, el motivo de un boicot a los juegos no debería ser sólo el Tibet, sino la situación de los Derechos Humanos en China, como bien ha mantenido Periodistas sin Fronteras. No es que ahora a China se le haya ido la mano con unos cuantos monjes, sino que lleva décadas yéndosele todo el brazo contra periodistas, disidentes, presos políticos, estudiantes, intelectuales… un no parar de pasarse todos los Derechos Humanos por los sobacos. Si el boicot no es a la totalidad de los Juegos, sólo es un lavado de cara.
Y resulta que llegan estos dispensadores de lecciones morales que forman el COI, y nos explican que ellos no entran en temas que no sean deportivos, que los valores que representa la bandera olímpica son compatibles con todo eso que hace China pero que casi no se ve. Es más, nos sueltan orgullosos que ¡qué más da que nos boicoteen los presidentes de algunas democracias! Pero, ¿porqué no dicen directamente que con tener el palco de honor lleno de sátrapas, dictadorzuelos y genocidas soltando pasta, ya les basta?
No termina ahí la cosa. Encima van y comparan el Tibet con el País Vasco. Lo mejor en esto, como casi siempre, es darles otra vez la razón a los nenés. Hagamos un experimento: Que levanten sus podridos culos de las poltronas en las que engordan día tras día, y se vengan a Madrid con una pancarta delante del Congreso de los Diputados que ponga “País Vasco Independiente”. Luego que se acerquen a Pekín, y que exhiban en Tiananmen otra pancarta que ponga “Tibet Independiente”. A ver en qué sitio se rompen más porras contra sus cabezas, que tengo las mismas dudas que a ellos se les iban a quitar a golpes.
Por cierto, ¿el Comité Olímpico Español no encontró ningún motivo para exigir una retirada de esas declaraciones al COI, o tenían la lengua ocupada lamiendo culos?
Una curiosidad: ¿Se dan ustedes cuenta de que siempre, siempre, el COI habla de los deportistas en tercera persona? Jamás en primera. Y es que se delatan ellos solos: no son los deportistas y no los representan porque nunca lo han sido, porque morirán sin serlo y porque lo único que son es unos listillos manipuladores en busca de la pasta gansa y dispuestos a vender a todos los deportistas del mundo al régimen genocida chino. A venderlos con nuestras banderas, con nuestros símbolos nacionales… a vendernos a todos nosotros a la mayor gloria del régimen de asesinos que atenaza China, si no lo impedimos. Y todo por dinero, nada más.
Si no toca boicot ahora, ¿cuándo toca entonces?

PD: Mil gracias, Esaque, por la oportuna alarma.

jueves, 3 de abril de 2008

De filántropos e hipócritas


Bill Gates es el mayor filántropo del planeta. El que más dinero dedica a mayor número de proyectos, y realidades, benéficos. Una persona que, además, ha dejado la voraz dirección de sus empresas para dedicarse sólo a ello. Esto son hechos, no una defensa apasionada.
Las medias sonrisas acaban siempre abarcando toda la cara cuando en este país se lee algo así en alto, y entonces se empiezan a oír comentarios sobre lo normal que es que un tío con tantísimo dinero dedique una ínfima parte a hacer algo bueno, sobre que eso será tapadera de sabe Dios qué, sobre que el muy hipócrita esconde su mala conciencia con actos así, sobre lo asquerosos que son esos podridos de dinero que creen que hacen algo por los necesitados mientras siguen dándose la gran vida... Los más enterados, suelen extender las críticas a lo hipócrita de la sociedad americana y sus fiestas benéficas y suelen acabar en el imperialismo, la globalización, el cambio climático y la guerra de Irak. Lo digo porque ya lo he sufrido, es algo que no tiene fin.
Bueno, el caso es que la discusión, a lo mejor, habría que retrotraerla al punto original, y ver quién es realmente el hipócrita aquí.
En primer lugar, es increíble que alguien que no hace por lo menos lo equivalente (en tiempo y dinero) ose siquiera abrir su envidiosa bocaza para criticar a quien por lo menos sí está haciendo algo.
En segundo lugar, si el que lo critica sí hace algo por los demás, es llamativo que se vacíe criticando a alguien que por lo menos también ayuda, y que no se gire hacia aquellos que tiene al lado y que no mueven un dedo (ni un euro), para decirles que “por lo menos Bill Gates hace algo, y tú no”.
En tercer lugar, me encantaría que alguno de esos se acercasen a los beneficiados por las acciones filantrópicas del dueño de Microsoft a explicarles lo inmoral y lo hipócrita del elemento que les ayuda. A ver qué le contestan.
En cuarto lugar, a lo mejor prefieren que el multimillonario en cuestión no haga nada de nada, y que vuelva a su multinacional a seguir sangrando (por usar los conceptos de sus detractores) a la humanidad sin ofrecer contraprestación alguna. Seguro que podría estar gastándose toda su pasta de otra manera. A mí se me ocurren unas cuantas.
Y en quinto lugar, estaría muy bien hacer un paralelismo entre los multimillonarios y las celebridades americanas y el tiempo y dinero que dedican a ayudar a los demás, y lo que hacen nuestros multimillonarios y celebridades españolas por ayudar a nadie. Porque en este país, salvo lo que dedican al impuesto revolucionario y lo que se gastan en “ayudar” a las putas, a los camellos y a los políticos, jueces y periodistas, yo no conozco acto filantrópico alguno. La comparación sonroja demasiado.
Lo único seguro de verdad, es que Gates es el mayor filántropo de la historia (aunque se gaste también la pasta y el tiempo que sea en sí mismo, sólo faltaba), y que un altísimo porcentaje de los que lo critican por ello son unos hipócritas. ¿El resto...? envidiosos nada más.

miércoles, 2 de abril de 2008

Incoherencias 2: El pañuelo palestino


El pañuelo en sí, muchas veces ya lo es él solito, pero si además el portador del mismo es una mujer... entonces la incoherencia ya se supera a sí misma.
Hay una posibilidad que puede salvar a la pobrecita que lo lleve, y es que lo haga sólo porque le guste el diseño.
Pero como normalmente se lleva con algún tipo de intención reivindicativa, o de solidaridad con las organizaciones palestinas, entonces no queda más remedio que lamentar su más absoluta desubicación estética, biológica y mental.
El pañuelo palestino es, ante todo y por encima de todo, una prenda masculina usada sólo por los hombres. Además, es una prenda ligada, no a la causa general de liberación del territorio palestino (como podría ser una bandera, por ejemplo), sino a dos organizaciones paramilitares y terroristas con ramificaciones políticas (cuadros negros para Al Fatah, y cuadros rojos para Hamás). Estamos hablando de lucha violenta, de terrorismo y de asesinatos de civiles a punta pala.
Total, que o esas cándidas chicas occidentales que portan una kufiyya asumen todo el significado de lo que están llevando encima, o mejor harían en ponerse un pin con la banderita Palestina sin más.
De lo contrario, las invito a pasarse un día por Gaza o Palestina, a apuntarse a la lucha armada y a comprobar cómo los valientes guerrilleros les quitan el pañuelo a guarrazos, les ponen un velo (que es el verdadero pañuelo de las palestinas) y las mandan a cocinar, a fregar cacharros, a limpiarle los mocos a futuros terroristillas en lo más profundo de cualquier casa y a hacerla vivir al ladito de una sede del partido para hacer de escudo humano. Porque esa es la vida de las mujeres palestinas, por si no lo sabían.
Aunque también puede ser que ella diga que quiere ser mártir por la causa, claro, y entonces sí, en ese caso seguro que le dejan llevar todos los pañuelos palestinos que quiera, mientras los usen para esconder un buen cinturón de dinamita, claro.
Lo que no acabo de entender es que a una mujer le acabe mereciendo la pena ser terrorista suicida... ¿alguien sabe si el corán les ofrece alguna alternativa a las 40 vírgenes?